miércoles, 26 de febrero de 2014

El saco de plumas.


Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.








Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:


"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".


El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.


Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: 


"Esa es la parte más fácil.

Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.

Sal a la calle y búscalas". 





El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.


Al volver, el hombre sabio le dijo:

"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".




"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".






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